Ciudad Rodrigo consta de dos líneas de murallas que
forman un cinturón de forma ovalada alrededor de la ciudad, con una longitud de
2.200 metros y alcanzando los 13 m de altura, y flanqueadas por cinco
torreones. De las ocho puertas que tuvo en origen hoy día se conservan siete.
Aunque todavía quedan restos de la primitiva muralla del siglo XII, lo que se
contempla hoy día fue construido casi todo durante la reforma del siglo XVIII.
En
el siglo XII Fernando II protegió Ciudad Rodrigo con una gran muralla diseñada
por el maestro gallego Juan de Cabrera. A finales del siglo XV el conde Enrique
II de Trastamara construyó una segunda muralla con amplias torres circulares
para acoger al antiguo recinto, y una fosa y contrafosa rodeando la ciudad (ver
fotos adjuntas). El 7 de junio de 1810, durante la guerra de independencia, la
ciudad fue cercada por el ejército francés. En ella se refugiaron 6.000 hombres
que, después de resistir a las tropas francesas con heroísmo, tuvieron que
capitular el 10 de julio de 1810 ante los 50.000 hombres del mariscal Massena.
Para la construcción de la fosa y
contrafosa Enrique II de Trastamara hizo llamar al ingeniero militar más famoso
de la época, Leonardo Da Vinci para que le aconsejara en la forma de
construcción y en el tamaño. Leonardo se ganaba muy bien la vida aconsejando a
los monarcas sobre temas militares. Hablando con Enrique II le explicó que para
poder contener las fuerzas enemigas debería de construir un foso con una altura
media de al menos 12 m, una amplitud media de 25 m y llenarlo de agua para
impedir el paso de los atacantes. Se sabe que el tipo de tierra que rodea
Ciudad Rodrigo es una tierra con alto contenido en pizarra y tiene una densidad
media de 2500 Kg/m
Para construir los fosos el trabajo consistía en cargar un capazo de arena con una capacidad media de 25 Kg y hacer el viaje hasta las afueras del foso para vaciarlo. El desnivel salvado entre el fondo del foso y el sitio de descarga era de aproximadamente 10 m de media. Al cabo de un día un hombre podría realizar hasta 40 viajes con el capazo cargado (trabajaban 12 h al día y tardaban una media de 18 min en trasladar el capazo desde el foso hasta la zona de descarga).
A Enrique II también le
interesaba saber cuánto tiempo se tardaría en hacer dicho foso, porque tenía
miedo que sus rivales portugueses (la actual frontera con Portugal se encuentra
a 25 km) invadieran la ciudad en breve. Enrique II de Trastamara quería que el
foso estuviera construido como mucho en 1 año (365 días). ¿Cuántos hombres necesitará?
Cuando Leonardo le comunicó el
número de hombres que necesitaría Enrique II no quedó muy contento ya que le
parecían muchos, teniendo en cuenta que la población de la ciudad era de unos
10.000 habitantes contando hombres, mujeres y niños. Si dedicaba todos los
hombres disponibles a la obra de los fosos debería descuidar las labores de
defensa. Por lo que le pidió a Leonardo si podría conseguir reducir el número
de hombres a la mitad. ¿Qué le contestó Leonardo? (has de hacer una suposición
y rehacer los cálculos para que el número de hombres se reduzca a la mitad y el
foso que se construya sea el mismo).
La alimentación de la población
en el siglo XV no era muy energética, solían comer mucho pan (a partir de
cereales como el centeno, la cebada o el mijo) y las carnes de pollo y cerdo
que son las menos energéticas hablando. En concreto un adulto medio ingería unos
1000 KJ/día de los cuales necesitamos para subsistir al menos 800kJ/día
(funciones vitales de nuestro organismo), el resto los podría utilizar para
realizar cualquier tipo de trabajo.
A Enrique II también le
interesaba conocer cómo iba a alimentar a todos estos hombres, necesitaba
aportarles comida con alto valor energético para conseguir que pudieran
realizar el esfuerzo que se les pedía. Pensó que a su dieta habitual añadirles
patatas, legumbres y otros tipos de carne que consiguieran aportarles energía
extra. ¿Es necesario que Enrique II se gaste dinero en añadirles energía extra
a la dieta normal? En caso
afirmativo ¿cuánta energía extra necesitan?
Aunque tuviera o no que aportarles energía extra a los trabajadores, Enrique II sí que
debía alimentarlos y darles un sitio donde dormir y descansar. Para la
alimentación había pensado en dos comidas al día, una a media mañana y otra por
la tarde. En la comida de la mañana sería la más fuerte con un plato de carne y
algo de pan, por la tarde había pensado en sólo pan. El coste del pan era de 1
medio castellano (las monedas de la época eran “doble castellano”, “castellano
sencillo” y “medio castellano”) y el del plato de carne de 1 castellano
sencillo. ¿Cuál fue el coste total de la obra?
Como podéis comprobar Enrique II
de Trastamara tenía muchas preguntas para Leonardo Da Vinci y, aunque era un
ingeniero reputado y un matemático brillante, le daba mucha pereza realizar tan
sencillos cálculos. Para eso te reta a ti, a contestar a las preguntas. Esta
vez voy a dividir el premio en 4 partes (+0,25 puntos por cada respuesta extras
a subir a la nota de la primera evaluación de tecnología) para dar
oportunidades a todos los participantes. El primero que conteste a cada
pregunta tendrá el premio. Ánimo, que Leonardo y Enrique II están esperando
vuestras respuestas.